miércoles, 14 de octubre de 2009

Los señores feos dicen cosas malas de mamá y mamá

¿Por qué? Los señores feos dicen que mamá y mamá no se quieren. Dicen cosas malas, como que son abobinables, contractura y cosas así. Yo no creo que mamá y mamá sean nada de esas cosas malas que dicen los señores feos. Yo creo que mamá y mamá son guapas, y son buenas. Me sonríen siempre, me dan mimos y su voz suena bonita. Huelen a vainilla, ñam, ¡me encanta la vainilla! Los helados están tan ricos...¿cómo puede ser que si mi mamá y mi mamá huelen a rico puedan ser todas esas cosas malas que dicen los señores feos? Gritan mucho, los señores feos. Siempre están a la puerta de nuestra casa, y a veces hasta nos tiran cosas. Como Felipe Hurtado. Felipe Hurtado siempre me tira cosas, y de las coletas, y me hace de rabiar. Yo lloro, y grito, o a veces le saco la lengua, pero él nunca deja de decir y hacer cosas malas. Felipe Hurtado sí que es malo, y no mi mamá y mi mamá. Ellas tienen los ojos bonitos. Mamá los tiene azules como el cielo, y mamá marrones como la tierra del jardín. En el jardín juego por las tardes después de volver del cole. Me encanta soñar que soy una princesa encerrada en una torre a la que viene a buscar un oso gigante de peluche. Pero hoy los señores feos me han fastidiado el juego. Justo venía el oso gigante a buscarme cuando un señor feo, de los más feos de los señores feos, ha entrado al jardín, sin pedir paso a mi mamá ni nada, y se ha sacado un hierro con forma rara. Mi mamá de los ojos azules ha puesto una cara que casi me ha hecho llorar, porque creo que es la cara que se me pone cuando mi mamá de los ojos marrones me apaga la luz por la noche, y yo creo que los monstruos del armario saldrán a por mí. Menos mal que mi mamá de los ojos azules siempre viene, y me enciende la luz, y me lee un cuento y luego yo sueño con cosas bonitas, de colores. Pero hoy mi mamá de los ojos marrones ha puesto mi cara de los monstruos en el armario, y entonces ha habido un ruido muy fuerte y yo me he puesto las manos en las orejas y me dio mucho miedo.

Creo que estoy teniendo uno de mis sueños bonitos de cuando mi mamá de los ojos azules me enciende la luz y me lee un cuento; doy pasitos por las nubes y caras de personas que no conozco, pero que no son feas como las de los señores feos, me sonríen y me cogen en brazos. No veo a mi mamá de los ojos azules ni a mi mamá de los ojos marrones, pero seguro que pronto vendrán a buscarme, para reñirme por mancharme jugando en el jardín.

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