viernes, 18 de enero de 2013

Disfraces.

    Una chica camina tranquilamente. Dirías que está contenta porque lleva su chupa negra y cómoda hace poco estrenada, y el gorro y la bufanda que su madre le hizo con lana de colores fríos, sus favoritos. O porque camina bajo la lluvia empapándose, algo que siempre le ha encantado. O porque va escuchando música con sus cascos buenos, esos que te dejan apreciar todos los detalles de una canción. O porque en tiempos difíciles tiene medios para estudiar lo que le gusta. O porque todavía existe gente que a pesar de sus muchos defectos sigue apreciándola. Porque en general es una privilegiada en este mundo de horrores y faltas.

    Pero entonces te acercas a ella, y ves que hay más gotas resbalando por su cara que las de lluvia. Y si las miras fijamente, ves lo único que ve ella cuando escudriña realmente en el interior, la esencia misma de su alma.

    Un transparente vacío.